domingo, 31 de agosto de 2008
Paso fugaz por Ecuador: QUITO y OTAVALO
Cuando dejé Cali, nuevamente viajando de noche, me tocaron unas cuantas horitas en el bus hasta la ciudad fronteriza de Ipiales, donde llegué temprano a la mañana siguiente. Nuevamente a cruzar caminando las fronteras; la última vez que lo habia hecho, desde Costa Rica a Panamá, ya me parecía que había sido hacía tanto tiempo...
Es que pasan los lugares y los kilómetros tan rápido... y pareciera que el tiempo se estirara, y las cosas que viví hace diez días quizás, parece que hubieran transcurrido hace el doble de tiempo...
De la frontera me moví hacia la ciudad de Tulcán, ya en Ecuador y de ahi me subí a un bus, que más de cuatro horas después me dejaría en la capital, Quito. Obviamente llegué extenuada...
Sabiendo que de Quito no iba a poder conocer mucho, me decidí a quedarme en lo que llaman la CIUDAD VIEJA, que es toda la parte colonial , y moverme sólo por ahi. Buena elección, porque realmente es muy linda esa parte. La CIUDAD NUEVA quedará seguro para otro viaje.
QUITO está a 2850 metros sobre el nivel del mar, un poco más alto que Bogotá, y aunque no hace más frio que allá, sí se nota el tema de la altura, más cuando apenas llegué al hotel, me bañé y después de haber casi no dormido durante la noche en el viaje, salí a conocer la ciudad...volví con la lengua afuera.
Un lugar que me gustó mucho, y más de noche fué la calle Paseo La Ronda, un paseo peatonal muy pintoresco, donde probé cosas como EL CANELAZO, una bebida caliente a base de naranjilla y canela, riquisima, y las empanadas de morocho, entre otras cosas...
En ningún lado de los que fuí servían cerveza!! Asi que me quedé sin poder probar la cerveza ecuatoriana, y sin poder agregarla a mi lista de cervezas probadas en cada país en el que estuve.
El siguiente día lo dediqué a la ciudad de Otavalo, unos kilometros al norte, donde hay un gran procentaje de comunidad indígena, y donde funciona los días sábado el mercado de artesanías más grande de sudamérica.
Como no podía ser de otra manera, no iba a dejar de conocer ese mercado!! Y aunque no era sábado, la Plaza de Ponchos estaba copada de artesanos indígenas exponiendo sus productos. Y sucumbí a la tentación...es que son tan lindas esas cosas!!!
Al dia siguiente mi meta era llegar a tiempo a la ciudad de Guayaquil, al sur del país, sólo para tomarme un avión que me iba a dejar en dos horas en Lima, capital de Perú. Y lo logré a tiempo...Y aca estoy escribiendo desde Lima, sobre la que les voy a contar luego.
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1 comentario:
flaquita, me gusta la foto de la mujer con el pelo largo y recogido, es indígena?, parece española...y el perrito ecuatoriano descansando en el cordón...
te estoy imaginando entre los ponchos y bolsos coloridos, ja ja ja
besotes
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